He tenido dos semanas de vacaciones. Yo diría que han sido mis mejores días desde que tengo uso de razón, aunque debo reconocer que los días que pasé con mi padre fueron muy hermosos.
En estos quince días, en realidad trece, realicé algunos paseos, visité centros comerciales, degusté algunos platos exquisitos, leí ciertos libros, ví películas e hice algunas compras.
Tuve la oportunidad de compartir un mejor tiempo con mi madre. Compartí, comí, conversé y reí con ella. Fueron tiempos muy especiales.
También aproveché para estudiar algunas materias sobre mis clases en la universidad.
Aunque ya lo estamos haciendo, con César pasamos días especiales. Hemos pasado tiempo leyendo la Biblia juntos y hemos orado, no solamente por nuestras necesidades, sino por nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo y hermanos de la iglesia. Admito que esas acciones nos unieron más. El dice que es feliz conmigo y yo también digo lo mismo. Fueron mis mejores trece días de los últimos años.
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