sábado, 22 de enero de 2011

ESPERANDO UNA TAZA DE CAFÉ

Generalmente tomo una taza diaria de café.  Según los médicos, es bueno para la salud porque contiene antioxidantes. Pero, el uso y abuso del mismo, puede ser perjudicial para la salud, en virtud que es una droga.
Un amigo mío, solía tomar hasta siete tazas diarias de café y esta acción exagerada ocasionó serios problemas en su salud. De ahí que tomar café, no solamente es un privilegio, sino también un don. Es como tomar vino tinto. Se percibe el aroma, el cuerpo, la textura, el color, y además, hay mil formas de tomarlo y preparlo.
Me gusta el denominado "americano" (el café pasadito que generalmente hay en casa), especialmente como lo solía tomar mi padre y mi madre. En casa casi todos tomabámos en café. Generalmente, mi hermana Grima, recibe a sus invitados con una taza de café, que también es una forma de ganarse nuevas amistades.
También me agrada el "capuchino", que me recuerda mucho a la viejas películas italianas. Ni hablar del café con crema (un forma del clásico café con leche), que como escribirían los periodistas y escritores (me acuerdo de mi amigo César), es un "café a media caña", pero a mí me agrada. Bueno, aquí dejo la cosa porque el aroma de un buen café "pasadito" me está llamando desde la cocina. 

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