sábado, 29 de enero de 2011

EL CAMINO DEL CREYENTE

El camino de las personas buenas nunca ha sido fácil. Es un camino asediado por aflicciones, pruebas, dificultades y oposición. En la Biblia encontramos que desde los tiempos antiguos, Dios mismo, advirtió acerca del precio que significa ser creyente. Por cierto que no es fácil, pero tampoco es un sendero complejo.
Las mismas Escrituras nos revelan que cuando el creyente pone su plena confianza en el Señor, él mismo, nos da la salida para salir adelante frente a las pruebas.
Uno los aspectos que todo creyente debe echar mano cuando está pasando serias pruebas es la oración. Mediante esta acción, el cristiano deja en las manos de Dios todas sus cargas y empieza a confiar, a  tener fe, que el Señor, de acuerdo a su voluntad obrará oportunamente.

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